Así como en nuestra primera entrada en The B Concept mencionamos la presencia del agua en nuestro ser, resulta imposible imaginar una influencia tan grande como la del agua en las composiciones visuales de centenares de artistas a lo largo de la historia.
Este mismo artículo podría tener unas dimensiones enciclopédicas para lograr repasar todo el imaginario artístico individual y colectivo creado a partir del agua. El agua como ser icónico, como paisaje realista y abstracto, como creador de vida y de muerte sumergida.
Incluso el agua resulta indispensable como creador mismo de obras de arte, formando parte en la composición de técnicas como la acuarela o como el spray que se utiliza para frescos tan extraordinarios como los del genio Miguel Ángel para su Capilla Sixtina en Roma.
En nuestro país uno de los grandes artistas que ensalzaron el agua en sus representaciones fue el maestro valenciano Joaquín Sorolla. Posiblemente quien mejor ha logrado tratar sus tonalidades, texturas, brillos y sensaciones mientras se bañan sus imberbes jóvenes bañistas de cuerpos desnudos bajo la luz resplandeciente del sol.
Al norte de nuestras fronteras, los artistas franceses realizaron creaciones de enorme belleza visual, más concretamente durante el periodo impresionista con ese grupo de genios que trataron el agua como pura poesía que fueron entre muchos otros Cezanne, Pissarro, Renoir, Manet y Monet.
Los expertos de este abundante periodo artístico coinciden en que además el uso repetido del agua era un indicador del cambio social de segunda mitad del siglo XIX en Francia, cuando la Revolución Industrial propició un auge económico de la clase media. Una vez más, el agua protagonista como reflejo de bienestar en nuestras vidas.
Precisamente en este artículo también queremos presentaros nuestro propio tributo al agua en una creación inspirada en la belleza de la calma de los nenúfares pintados por Claude Monet. ¿Sabías que Monet llegó a representar a los nenúfares en más de 250 obras? Esa misma obsesión a la que Monet se refería como “paisajes acuáticos“ nos la ha contagiado el pintor francés. Hemos querido transmitir en esta cazadora pintada a mano ese “instante, un aspecto de la naturaleza que lo contiene todo”, como declaraba el mismo Monet acerca de su mayor fetiche artístico.
Y pese a que nos gustaría alargarnos y fluir en las olas artísticas de diferentes periodos de la historia, no queremos cerrar este artículo sin dejar de mencionar la obra de artistas internacionales como los atardeceres marítimos de William Turner, la famosa The Wave del japonés Katsushika Hokusai o las piscinas modernistas del autor norteamericano David Hockney.
La próxima semana tendremos una invitada muy especial por este blog para hablarnos de una ONG que realiza una labor encomiable por salvar las aguas de nuestro Mediterráneo. Así, como lo hicieron anteriormente Sorolla y Martí i Alsina, más artistas pueden seguir tomando esta fuente de inspiración que es el mar espléndido y limpio es sus obras.
Nuestra cazadora The Bleuve con inspiración en los nenúfares de Monet y bolsillo confeccionado con plástico reciclado, ya está disponible en nuestra e-shop:
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