Porque nos gusta comer y nos gusta el arte. Eso es así. Y si van de la mano, mejor que mejor. Este es un artículo para chuparse los dedos y frotarse los ojos con proyectos que mezclan en la misma sartén diseño, innovación y alta cocina para dar lugar a creaciones culinarias dignas de los mejores museos internacionales. Pasa, ya te hemos preparado una mesa.
“¿Qué implica ser innovador en la cocina? Entendemos por crear la acción de establecer, fundar, introducir por primera vez algo nuevo o no conocido, por lo que se concibe algo original que, además, es relevante”? El statement de elBulli, pionero en la cocina vanguardista y creativa española, es la mejor introducción al artículo que hoy dedicamos a proyectos que hacen de la gastronomía un arte y que aplican conceptos de diseño y sostenibilidad que tanto nos gustan.
Para muchos, la cocina es un arte. Y en nuestro país, la simbología es aún mayor pues los fogones de nuestras cocinas han dado lugar a auténticas obras de arte que podrían ser exhibidas en museos de todo el mundo. Todos nos sentimos orgullosos de nuestros platos, de su concepción, proceso y resultado.
La gastronomía ha entrado por la puerta grande en el mundo del arte y la creatividad para quedarse a base de innovación y grandes chefs, capaces de degustar por los ojos y el paladar. Además, el mundo digital ha tenido un enorme peso en dar a conocer proyectos que logran una mayor difusión y les permiten continuar progresando gracias a los miles de usuarios que comparten contenido y se adentran en su mundo.
En The B Concept pudimos hablar con Vega Hernando, creadora de Eating Patterns, una propuesta fascinante que aúna la gastronomía, el diseño y la fotografía para dar lugar a composiciones visuales que hacen que se nos caiga la baba sin dejar de sorprendernos. En su libro Eat! que recoge sus principales recetas desglosadas en imágenes, la cocina de producto y de temporada reluce en una explosión de color y contraste de luces que su “cuece” en el estudio de esta artista grastronómica barcelonesa.
En su autobiografía, el mismo Salvador Dalí proclamaba que a los seis años quería ser cocinero, y seguramente muchos cocineros hubieran elegido ir en la dirección del genio catalán, y decidieron recorrer ambos caminos en sus platos. En este sentido destacamos a Elsa Yranzo, quien en su manifesto declara el FOOD DESIGN como “una disciplina transversal, holística y multidisciplinar que involucra diferentes áreas del diseño y de la gastronomía con el objetivo de satisfacer las necesidades humanas.” A lo que podríamos añadir que la comida se expande a todas las áreas de nuestra imaginación y toca cada uno de nuestros sentidos. Mediante la belleza de los ingredientes y la comida, Elsa Yranzo ha trabajado con grandes marcas de diferentes sectores creando instalaciones gastronómicas para admirar, pero sobre todo interactuar. Porque si no interactuamos con la comida, la experiencia no resultaría la misma.
La concepción minimalista de la alta cocina creativa nos introduce en la sostenibilidad. Se pasa de los grandes banquetes a la degustación de pequeñas cantidades que en nuestra boca adquieren dimensiones que llenan nuestro cuerpo, alma y mente. A ello se une que la reducción en las porciones disminuye el malgasto de comida que promueven las grandes cadenas. Si a ello añadimos un impacto positivo en el planeta, la ecuación es perfecta.
Uno de los estudios a nivel mundial más destacados en food design es Sweet Sneak Studio, quienes en su última serie artística creada para el Zoo de Copenhague, han denunciado esa falta de sostenibilidad que generan las ingentes cantidades de deshechos de comida y plásticos mediante imágenes de composiciones de alimentos que tenemos muy cerca y qué no sabemos a dónde van a parar cuando no los consumimos.
El desarrollo del food design ha llegado a más ramas que demuestran sus distintas aplicaciones y posibilidades de desarrollo actuales. Un ejemplo es el estudio FOOD & EVENT_happening design, que desde Barcelona y Santo Domingo, República Dominicana, amplían las posibilidades creativas en la organización de eventos mediante propuestas que acercan a los asistentes a sabores únicos de la manera más creativa e inesperada posible.
Como hemos visto, las posibilidades que nos ofrece la comida no solamente quedan abarcadas en un plato. Su buena relación con el mundo del arte nos permite disfrutarla de mil y una maneras que se diseñan, se cocinan y se muestran para causar admiración, y no dejar a ningún paladar indiferente.