Ahora que estamos en verano y todo baja unas revoluciones, es un momento perfecto para revisar nuestros hábitos y aprovechar la época estival para adoptar nuevas costumbres saludables y sostenibles para nuestro cuerpo, mente y el planeta, el trío perfecto.
Antes de entrar de lleno en este artículo sobre el pensamiento positivo, te dejamos una pregunta que solo podrás responder una vez hayas llegado hasta el final: ¿soy una persona de pensamiento positivo o negativo? A lo largo del artículo te iremos dejando otras cuestiones sueltas que complementan a nuestra pregunta principal.
El pensamiento positivo como tal se enmarca dentro del mundo de la psicología y hace referencia al enfoque que una persona da a ciertas situaciones complicadas que se presentan en nuestro camino. Aquellos que las afrontan partiendo del optimismo, se dice que aplican el pensamiento positivo, frente a aquellas que sólo ven más obstáculos.
¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío?
El poder de nuestra mente vuelve a aparecer una vez más. Sólo los pensamientos que generemos en torno a una situación puede dar lugar a una conclusión u otra y las consecuencias a mayor plazo que ésta genere. Algunos pensamientos parten de la razón o la lógica, otros pueden partir de la falta de información o sobre-información, o de creencias ajenas. Todos dan forma a crear personas más optimistas o pesimistas.
Cuando recibes un elogio, ¿lo aceptas o evitas?
La manera en que esas situaciones difíciles que inevitablemente se pueden dar en tu vida tengan una influencia diferente en tu estado mental y emocional depende de ti misma. Por supuesto que no todo es de color de rosa, y el pensamiento positivo no busca ignorar lo aspectos negativos, sino simplemente concentrar los positivos.
Cuando algo va mal, ¿puede ir peor?
El razonamiento del pensamiento positivo se basa en ver oportunidades para aprender, buscar soluciones cuando parece no haberlas, iniciar una conversación difícil y dar siempre una nueva oportunidad, entre otras muchas que se pueden aplicar fácilmente en diferentes momentos que vivimos en nuestro día a día en casa, en el teletrabajo o en torno a nuestras relaciones sociales.
¿Ves las cosas solo de blanco o negro?
Todo en la vida es un proceso, al igual que es establecer un pensamiento positivo en tu día a día. No obstante el proceso es sencillo, sólo requiere tiempo y práctica, y podemos empezar de la siguiente manera:
- Identifica las áreas de tu vida donde se acumulan pensamientos negativos con mayor facilidad, como puede ser el trabajo o una relación.
- Párate y dedica tiempo a ver qué tipo de pensamientos estás teniendo durante el día, y reflexiona sobre ellos.
- Busca un toque de humor en esos días difíciles. Reír y sonreír siempre son grandes aliados.
- Haz ejercicio. No hace falta matarse en el gym, simplemente dedica algo de tiempo y verás cómo influye positivamente en tu bienestar.
- Rodéate de personas positivas. Las malas vibras mejor fuera.
- Date amor y cariño. No te trates a ti misma como no tratarías a los demás y reflexiona con calma sobre los pensamientos negativos que puedas tener.
Y si aún no te acabamos de convencer y crees que somos unos optimistas por naturaleza, te dejamos algunos de los beneficios que conlleva ver un toque positivo:
- Vivirás más años.
- Menor estrés y depresión.
- Mejor salud mental.
- Capacidad de salir airosa de situaciones difíciles.
- Menos opciones de que te dé un infarto.
Si aún ves algo negativo en este artículo, no pasa nada, forma parte del proceso y seguro que algo bueno le habrás visto, y nosotros nos quedamos con ello. Y ahora te volvemos a preguntar, ¿eres una persona de pensamiento positivo o negativo? Esperamos haberte ayudado a empezar la semana con un buen chute de positivismo empedernido.
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